El
Código Cultural nos ayuda a entender los diferentes significados que las
personas dan a las cosas de manera inconsciente. Nuestras distintas culturas y
costumbres nos llevan a procesar la misma información de distintas maneras, por
esta razón existe una infinidad de códigos culturales en el mundo.
Estos
códigos hacen que las personas tengan diferentes patrones de comportamiento
ante situaciones similares. Para Rapaille, es muy importante conocer estos
significados ocultos, pues al aplicarlos por ejemplo a la mercadotecnia,
descubre los elementos necesarios para crear una buena campaña la cual debe
apelar a nuestros instintos más básicos, con el fin de vendernos el producto al
que no podremos resistirnos.
Para
desarrollar su metodología, el señor Rapaille se basó en el trabajo de Henri
Laborit, quien demostró una conexión muy clara entre el aprendizaje y las
emociones: mientras más fuertes las emociones, más profunda queda arraigada nuestra
experiencia en el cerebro.
Pensemos,
por ejemplo, en un niño a quien sus padres le advierten repetidamente no tocar
un sartén caliente, y quien no obstante, lo hace y se quema. A partir de ese
momento, los conceptos “caliente” y “quemar” quedan adheridos a su mente de
forma indeleble. El comunicador puede entonces basarse, de manera creativa,
sobre el significado profundo de este concepto.
La
combinación de la experiencia y la emoción produce lo que se conoce como
impronta: una vez que ésta se crea, condiciona nuestros procesos mentales,
determinando nuestro comportamiento futuro. La combinación de todas nuestras
improntas nos define como personas.
La
metodología del Código Cultural va de la mano del concepto de la impronta:
juntos son como la llave y la cerradura: si descubres la impronta, puedes abrir
el Código. Si abres el Código, puedes descubrir la razón de las acciones,
perjuicios y actitudes de un pueblo. De acuerdo con Rapaille, “es como un nuevo
par de lentes que nos conduce a una óptica totalmente distinta respecto a todo
lo que sucede en el mundo”.
A
lo largo de los años, el señor Rapaille diseñó una metodología donde, después
de muchas horas de interacción, se induce a la gente que participa en sus
grupos de enfoque a reportar lo que realmente piensa y siente. De esta forma se
va desentrañando el Código Cultural inmerso en el subconsciente colectivo.
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